cuento de Puerto Rico

Flor de moriviví
©Andrés Díaz Marrero, 2004

Cuando Yukibo miró a Cohaí, sintió que el corazón se le derramaba por las pupilas. Ella, ante la intensa mirada de Yukibo, bajó la vista y ambos quedaron atrapados por el dulce imán del amor. Los padres de Yukibo y Cohaí vivían en distintos yucayeyes Cada segunda luna llena se visitaban entre sí. Yukibo y Cohaí aprovechaban estos encuentros para conversar, reír y compartir ensueños.

Narrativa breve
Literatura para niños, jóvenes
y adultos
Cuentos de Puerto Rico

_¿Me amas?
_Como a la luz del sol. Esa luz que nutre y da vida a todo cuanto alcanza; te amo como a la hierba, a los árboles, al sonoro cantar de la quebrada…
_Yo también te quiero; y cuando no estás conmigo te extraño; pues me haces falta como al cielo las nubes; como al ave las alas…

Algún tiempo después, la pareja de enamorados con el consentimiento de sus respectivos padres fijaron la fecha de la boda. Pero antes de que ésta se llevara a cabo,
el bohique le solicitó al padre de Cohaí que se la diera en matrimonio.
_es un honor, ¡gran señor!, que usted quiera pertenecer a nuestra familia, pero Cohaí ya está comprometida. Sin embargo, tengo otra hija que la iguala en dulzura y belleza. Con gusto se la cedo en matrimonio.
_¡Quiero a Cohaí!
_ Ella tiene a Yukibo en su corazón.
_La enseñaré a quererme.
_ Pero, ya está fijada la fecha de la boda...
_¡Ella será mi esposa! No olvides que soy el gran bohíque
_Lo siento, pero…
_¡Ya verás de lo que soy capaz_le interrumpió el bohíque, y se marchó furioso, dando grandes voces. Cohaí, escondida tras