A mi nieta Anaís
en su cumpleaños

Mi Escuelita

Mi escuelita, mi escuelita,
yo la quiero con amor,
Porque en ella, por que en ella,
es donde aprendo mi lección.

Por la mañana muy temprano,
lo primero que yo hago
es saludar a mi maestra
y después a mi trabajo.

Una vaca en el salón
© Andrés Díaz Marrero, 2007

Había una escuela muy bonita cerca de una granja.
Era el primer día de clases y los niños de kinder estaban sentados, calladitos y muy contentos. "Voy a pasar lista. Digan presente cuando escuche su nombre." dijo la maestra.

Una vaca había entrado al salón por la puerta de atrás y al ver a los niños callados y sentados, también se sentó. Nadie se había dado cuenta de que la vaca estaba en el salón.

Cuando la maestra terminó de pasar lista preguntó:
"¿Hay algún estudiante que no escuchó su nombre? "
"¡Muu! " hizo la vaca.
"¡Una vaca en el salón!" gritaron a coro los estudiantes sorprendidos.
"¡Muuu! ¡Muuu!" mugió la vaca.

" ¡Por favor, hagamos silencio, para que la vaca no se asuste! La pobre está perdida." dijo la maestra.
Los estudiantes hicieron silencio y la vaca se quedó sentada, quietecita. La maestra le pidió al conserje de la escuela que fuera hasta la granja y le dijera al granjero que la viniese a buscar.

"Cantaremos la canción Mi Escuelita, en lo que vienen a buscar a nuestra amiga." dijo la maestra sonriendo. Todos comenzaron a cantar.

"Mi escuelita, mi escuelita,
yo la quiero con amor."

Los estudiantes cantaban con tanto gusto y entusiasmo que la vaca también se puso a cantar.

"¡Muu!, Muu!, Muu!, Muu!
¡Muu!, Muu!, Muu!, Muu!"

Los estudiantes al escucharla, improvisaron un final gracioso para la canción.

"Porque en ella, porque en ella
¡hay una vaca en el salón!"

Fue un primer día de clases muy especial.




©Andrés Díaz Marrero
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