tres segundos
La compuerta cedió bajo sus pies. Sintió
la náusea que acompaña un súbito
descenso; sus músculos se contrajeron y un amargor de
bilis se le desparramó en la boca, como un
cordón amargo, desde la punta de la lengua hasta la
última célula estomacal. Acudió a su
memoria la estrecha bodega:
"Los cuerpos semidesnudos, uno encima del otro,
domándose en las cadenas. Por las mañanas un
blanco los inspeccionaba, sacando a los enfermos.
_¡Limpien la cubierta! -gritó el capitán,
y tras un mudo forcejeo caían los cuerpos al agua. A
veces la tripulación se divertía viendo a los
tiburones saciar su incesante apetito."
cinco
segundos
Su cuerpo descendía hacia un vacío inmenso.
Sintió correr el nudo y con ello el aumento de la
presión de la soga en el cuello; el aire
comenzó a faltarle; y prosiguió su
visión fantasmal:
"Un dolor desgarrador le llegó al alma al sentir
la quemadura del carimbo; mas en protesta viril tragó
su grito; que siguió retumbándole por entre
sus vísceras y se asomó silencioso,
líquido, por sus ojos color azabache".
Contemplaba la estampa de su abuelo, que no entendía
español, pero, al que los españoles le
comunicaban sus ideas a través del carimbo y el
látigo.
"Carimbo, látigo
y superpuesta la imagen del
rostro de su madre, atemorizada, ante el reclamo sexual del
amo. Su padre, hasta entonces domesticado, apacible, se
abalanzó con ira sobre el amo; le arrebató el
revólver, que había desenfundado y
comenzó a golpearlo, enloquecido. Entonces, se
escuchó el griterío de los esclavos. Una de
las mujeres exclamó: _¡por Dios, Simón
que lo matas! _Otro de los esclavo se abalanzó sobre
mi padre machete en mano. Simón, se quedó
estupefacto al ver que un esclavo como él lo atacaba.
El filo del machete, rasgándole el muslo, le
devolvió el sentido de realidad
Su rival
atacó nuevamente buscando el vientre. Con un giro
rápido, Simón, esquivó la estocada,
logrando asirle, con ambas manos, el brazo con que sujetaba
el arma. Le dobló fuertemente la muñeca y
éste la dejó caer. Para entonces le
había aprisionado el cuello entre sus poderosos
brazos. Mi padre escapó hacia los montes. El amo
quedó inconsciente; con varias de sus costillas
fracturadas; muerto el esclavo que le atacó. El amo
ofreció una recompensa; semanas después la
pagó jubiloso disponiendo se exhibieran los restos
que dejaron los perros
Tenía algunos seis
años cuando nos mudaron para un ranchito aparte.
Allí nació mi hermano: mulato de ojos
azules."
siete
segundos
Sintió un cosquilleo bajándole por la
espina dorsal y una agradable sensación en los
testículos; seguido de un intenso calambre. La soga,
habiendo llegado a tensarse completamente lo impulsaba hacia
arriba por efecto de una tenue elasticidad.
"Vio al cura echar agua bendita sobre la cabeza de su
hermano, quien gritaba a todo pulmón, mientras le
sujetaban sobre la pila de bautismo. Había aumentado
de precio. Antes de bautizar su precio era de veinticinco
pesos; ahora de cincuenta. _No acertaba a comprender aquel
cambio atribuido al agua; le parecía agua
ordinaria
ocho segundos
La sangre se agolpaba alrededor de su cuello, su rostro
se tornaba lívido por la estrangulación.
"A los doce años fuimos comprados por el
señor cura. Nos encargaron de ayudantes de una
esclava propiedad de la iglesia. Los sábados
recibíamos lecciones de catecismo. Junto a la
doctrina aprendimos a leer y a escribir. Cierto día
escuché voces en la parroquia. Me atrajo el tono
agrio de la discusión.
_¡El hombre no ha nacido para ser esclavo; todos hemos
sido creados libres por el Señor!
_¡Bah! Es natural que haya amos y esclavos, es parte de
la naturaleza humana
_No creo que Dios haya hecho a los hombres para que se
esclavicen unos a otros.
_Si buscas en las sagradas escrituras encontrarás la
respuesta, hijo mío; en ellas se menciona claramente
la obediencia del esclavo para el amo; esto es un claro
indicio de que Dios acepta la esclavitud como algo
necesario; como un proceso.
_¡No puede ser!
_Hijo mío, Nuestra Iglesia ve en la esclavitud un mal
necesario
_Usted interpreta mal; la iglesia debe revisar su
posición.
_¡Pero hijo
!
_¡Interpretar las escrituras de esa manera es pura
hipocresía!
_¡Jesús, María y José! ¡No
blasfemes!
_No he querido ofenderlo, señor cura, pero veo en la
esclavitud la antítesis del Cristianismo; la
máxima degradación del ser humano; la
verdadera maldad contra la cual se predica... _La
discusión había sido larga; se habían
citado y contracitado tratados, libros, versículos
bíblicos y doctrinas. El sacerdote puso fin a la
extensa conversación con un inusitado buenas noches.
Segundo, se despidió cortésmente.
Tan pronto el visitante abandonó la parroquia el
sacerdote envió por el alcalde.
_Hombres como Ruiz Belvis son peligrosos; están
llenos de ideas subversivas; ateas. Debería estar en
la cárcel o en el destierro.
_No se preocupe padre -respondió el alcalde -lo tengo
bajo vigilancia; el Gobernador está completamente
informado. Precisamente, esta noche tenemos
reunión
Usted sabe
vecino leales y de
mucho respeto. Discutiremos también este caso. De un
momento a otro
¡Vera usted
!"
nueve
segundos
Los pulmones parecían globos a punto de estallar.
Su corazón en vano trataba de latir. Sentía la
presencia de la muerte.
"El levantamiento había tomado auge; aprovechando
la ausencia del amo copamos las armas y con ligeras bajas
tomamos la hacienda. Sabíamos que una vez enterado
vendría con ayuda del vecindario blanco y tropas de
la guardia civil. Por otro lado, las campañas
secretas realizadas entre los esclavos de la finca vecina,
la más grande del Toa, nos aseguraban refuerzos. La
lucha era cuesta arriba, pero existía la posibilidad
de un envolvimiento total de la población negra de la
isla. Desgraciadamente, un negro liberto llamado
Hermenegildo Barbosa nos delató. Aliado a la Guardia
civil reunió a los atemorizados esclavos y nos
enfrentaron en una lucha fraticida. Sólo tres
logramos sobrevivir. El resto de los sublevados fue
exterminado bajo el machete de nuestros propios hermanos. El
amo hizo descuartizar a nuestro acompañante. Se nos
amputó la mano derecha; y fuimos condenados a pan y
agua por diez días en calabozo. Mientras que
él pregonaba el perdón de nuestras vidas como
un acto de caridad cristiana; achacaba nuestro levantamiento
a nuestra ignorancia juvenil y a las diabólicas ideas
de algunos isleños enemigos de España."
diez segundos
"_Hermano _me dijo al cabo
de dos días de encierro.
_Sabes que no le tengo miedo a la vida; mucho menos a la
muerte. He estado pensando
Un escalofrío me
sacudió al sentir su mirada.
_Debemos morir. ¡Hemos sido humillados con el
perdón! Perdón que no es otra cosa que
desprecio. Se falsifica el odio para utilizarlo contra los
nuestros. El perdón es la muerte de nuestra
lucha
es aceptar la impotencia
, admitir la
superioridad del blanco. No. ¡ No; y no
¡no
es posible
_¡No le hemos pedido clemencia!
_¡Y qué! Nos quiere vivos como símbolo de
la derrota. ¡Vivos somos el arma más terrible
contra los nuestros!
_¿Entonces?
_¡No hay alternativa!
_¿Que haremos?
_¡Mátame!
_¿Y?
_Serás condenado a muerte.
_¿Ahorcado
Públicamente?
_¡Sí! "
Después de haber tratado en vano, y por octava
vez, de salvarle el alma; el sacerdote decidió decir,
al menos, una oración por el reo. Al terminar su
rezo, asintió con la cabeza en señal de que
había terminado. El verdugo abrió la compuerta
del cadalso y el hombre sintió el mundo ceder bajo
sus pies.
_Hemos hecho justicia _sentenció el alcalde.
_El Señor tenga misericordia de su alma
_murmuró el sacerdote.
La brisa columpiaba suavemente el cadáver.
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