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¡Quiero saber si es cierto!
Necesito respuestas precisas y detalladas. ¿Estoy o no
estoy siendo investigado? ¿Desde cuándo?
¿Por qué? Espero que responda por lo menos a
estas tres interrogantes. Recuerde nuestra amistad, recuerde
que llevamos trabajando para esta División más
de 25 años.
-¿Qué le hace pensar que está siendo
investigado?
-He hecho algunas averiguaciones. A la verdad, es, que hubo
indicios anteriores, pero nunca le di importancia. Lo cierto
es que comencé a sospechar después de leer la
carta de Montañez, el sujeto que hemos venido
investigando durante los últimos doce años.
Usted conoce bien el caso del profesor Montañez , ya
que le tenemos acumulado un voluminoso
expediente.
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Pues bien, recientemente y
según el procedimiento usual, abrimos la
correspondencia de dicho sujeto para verificar lo que le
comenta a sus amigos y familiares, y así poder
detectar cualquier posible conjura contra el gobierno. Para
mi asombro, en la correspondencia del pasado mes
encontré dentro de un mismo sobre, dos cartas; la
primera muy breve, escrita por una sola cara del papel,
dirigida al suegro de éste. Al leerla me
percaté de que su contenido era totalmente familiar y
sin valor alguno en lo que a la seguridad del estado
concierne. La otra carta mucho más extensa,
decía lo siguiente:
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«Al señor investigador, que lee mis cartas:
Sé que desde hace mucho tiempo la oficina de
seguridad para la cual usted trabaja me viene investigando;
que han recopilado información sobre mí en las
oficinas administrativas de la universidad en la que
trabajo. Que en múltiples ocasiones han matriculado
agentes en el curso sobre derecho laboral que ofrezco, que
tienen información de mi nacimiento, que han
investigado mi crédito, mis expedientes
académicos desde la escuelita maternal hasta el
presente. Que tienen y revisan constantemente mi expediente
médico y conocen mejor que mi propia progenitora
todas y cada una de las enfermedades y dolencias que he
padecido. Que han investigado mi afiliación
política y religiosa, que han intervenido y
continúan interviniendo mi teléfono y mi
correspondencia.
Sé también que poseen extensa
información sobre mis parientes, familiares, amigos y
colegas. Que para recopilar y mantener al día toda
esta información, la cantidad de dinero que su
Agencia invierte supera por mucho lo que devengo en sueldo
como profesor.
Si le expongo todo ésto, que ya usted sabe, no lo
hago con la esperanza de persuadirle a que
descontinúe lo que por años ha sido su
trabajo, sino más bien para apercibirle de que tanto
usted como yo somos víctimas. Usted me investig
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