Víspera de Reyes
Andrés Díaz Marrero

Con la mayor alegría
esperaba el gran momento
y mi corazón contento
en mi pecho no cabía.
Y es que el alma presentía
que al llegar la madrugada
sin anunciar su llegada,
y en sueño profundo estando,
Tres Magos sentiría entrando
con sigilo a mi morada.

Como alas de mariposas
en silencio susurrando,
yo, los soñaba llegando
con pisadas cautelosas.
Una fragancia de rosas
el ambiente perfumaba,
mientras la noche llenaba
de cocuyos su melena
y un coquí a la luna llena
enamorado cantaba.




Desde lejana nación
año tras año en la huella
vienen siguiendo a la estrella
de su peregrinación.
¡Y hay que ver con qué emoción!
los niños del mundo entero
-como el de aquel carpintero
que descansaba entre pajas-
con yerbitas en sus cajas
esperan el seis de enero.

Y mientras me deleitaba
en los Tres Reyes pensando,
su cajita iba llenando
con la yerba que cortaba.
Verlo así, me entusiasmaba,
sabiendo que al otro día
tempranito encontraría
bajo su cama el presente;
que los Tres Magos de Oriente
dejaron, mientras dormía.





©Andrés Díaz Marrero
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