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¡Silencio!
Andrés
Díaz Marrero
¡Calla, gallo
cantarín!
Deja que duerma la siesta.
Pon sordina a tu clarín,
apaga tu cantaleta.
No hace calor, gallo amigo.
Y la tarde está de fiesta.
Los algodones de bruma
con la suave brisa juegan.
Y yo, que quiero dormir.
Y tú, con la flauta abierta,
batiendo el ala fogoso,
columpiando tu ancha cresta.
El fresco cierra mis ojos.
¡Guarda, gallo, tu corneta!
Me estás espantando el sueño,
¡Arruinándome la siesta!
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